The Brake

Julio Rondo

23 de enero > 20 de marzo 2021


Bendana | Pinel Art Contemporain se complace en presentar la tercera exposición individual de , "The Brake" en la galería.


Permaneciendo siempre fiel a su propia técnica, que es la pintura inversa tras el cristal, las nuevas obras de Julio Rondo oscilan entre la pintura abstracta y la objetualidad.


La misión del pintor es el resultado de una planificación meticulosa de la técnica, los medios y la composición utilizados que precede al proceso de creación del cuadro, que no corresponde a un acto expresivo y espontáneo de pintura. Utilizando su archivo personal y visual, Rondo crea impresionantes documentos de una vida con pintura acrílica de secado rápido, que son capaces de activar sentimientos, pensamientos y percepciones sin representar miméticamente su entorno.
Las rayas de aerógrafo de las obras anteriores desaparecen y dan paso a suaves, vibrantes y geométricos campos de color que son liberados de la rigidez de su forma por el medio de la orden. Estos campos de color crean una vivacidad tridimensional dentro de la obra de arte.
Lo más probable es que un recuerdo nunca sea idéntico a las experiencias objetivas en su coloración; las nuevas obras de Rondo no son simplemente el resultado de la intensificación o el desarrollo artístico natural, sino más bien una energía que existe en el espacio pictórico.
La elección de los colores lleva al presente los recuerdos de décadas pasadas que han estado marcadas por la cultura pop chillona, convirtiéndolos en una parte integral de nuestro tiempo.


Las significativas referencias a las experiencias personales y a los estados de ánimo básicos colectivos que sólo emergen a través del proceso de abstracción artística y a través de los cuales la función de filtro de la memoria pasa a un segundo plano, permiten que los cuadros de Rondo se experimenten como un espacio que -como espejo del presente- podría convertirse en una pantalla de proyección de las asociaciones subjetivas que tiene el espectador.


La abstracción no sirve para expresar la pérdida de contexto del individuo posmoderno, ni tampoco eleva las obras a una esfera de autonomía. De hecho, podríamos hablar más bien de una especie de "Abstracción Romántica" que - entre el intelecto y la emoción - permite una forma adicional de percepción, revelando el pasado y el futuro a favor de la experiencia del presente como una construcción espiritual.


A pesar de la denominación deliberadamente aleatoria de las obras, la falta de referencia no es tan absoluta como para que el acceso sólo sea posible de manera discursiva, inmanente al arte. Más bien, Rondo sitúa su arte en un contexto con la vida cotidiana transformando la experiencia personal en objetos pictóricos que representan estados de ánimo irreconocibles del presente de forma logocéntrica. Liberado de todo apego narrativo, lo que tiene lugar entre el pasado y el futuro se hace visible y estéticamente experimentable en el espacio pictórico controlado y dormido.


Sin ninguna pretensión de verdad, Rondo hace así que el presente sea esencialmente experimentable. A pesar y precisamente por la coloración autobiográfica de sus obras, en ellas y a través de ellas se hace evidente que cada experiencia y cada obra de arte es individual y específica, y que la vida y el arte no tienen que estar moldeados por discursos colectivos y sentimientos subjetivos del pasado, sino por cada momento.


Leni Senger (2019)

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